Páginas

jueves, 25 de agosto de 2011

SI HOY FUESE EL ÚLTIMO DÍA DE MI VIDA

Si hoy fuese el último día de mi vida ¿querría hacer lo que voy hacer hoy? Y si la respuesta era no durante demasiado tiempo, sabía que necesitaba cambiar algo...
Soy una joven de 22 años estudio en la Universidad de Derecho de Santiago de Compostela, e  intentaré contaros en unas pocas líneas el porqué de mi intervención en éste ámbito; el emprendimiento.

Comenzó el segundo año de mi estancia en Santiago de Compostela, mi carrera no me proporcionaba el interés y las ansias de levantarme cada mañana con la fuerza que necesitaba para afrontarme al día. Necesitaba cambiar...

Existen diferentes aspectos de la vida de una persona que pueden ser cambiados si se siente la voluntad de hacerlo. No todo se puede cambiar, pero hay algunas cosas que si que pueden ser fruto del cambio si se pone el empeño necesario. La misión de algunas personas de emprender una transformación en sus vidas, suele surgir de un motivo, de un objetivo, de una misión, e incluso de un crecimiento personal y profesional, y ésa era mi meta. Exigencias que aparecen al compás de las necesidades que se manifiestan y que antes no existían, que te impulsan a realizar modificaciones en tu manera de vivir.
A día de hoy creo que he conseguido un pequeño cambio en mi vida, y ese lo ha proporcionado la incursión en una Junior empresa y con ella a todo lo relacionado con el emprendedurismo.
Ya desde un primer momento eres capaz de superar una entrevista de inscripción en la misma, que te puede servir de autoanálisis. Consigues  desempeñar trabajo en equipo y afrontar situaciones límites que asiduamente se te presentaran en un futuro profesional, enseña a ser proactivo, a saber afrontar trabajos comprometedores, a elaborar proyectos y a preocuparte por analizar ámbitos que antes resultaban insignificantes para ti; y lo más importante, a levantarte cada mañana con ganas de más, con ganas de analizar minuciosamente todo lo que ocurre a tu alrededor, a conocerte a ti misma y cualés son tus inquietudes y cuáles no, a definirte como persona, a tener consideración de los demás porque hasta de la persona que menos piensas puedes aprender algo.
He descubierto un mundo, he logrado definir mi capacidad de emprendimiento y con ello logré matizar todas mis vocaciones.
Me enseñó a ser más observadora, a ser capaz de analizar por lo poco que sea las necesidades de la sociedad y evaluar tanto sus valores como sus carencias.
Logré ser constante, he de decir que me ha costado ser constante en mis tareas y  organizada , a veces el agobio me sobrepasaba y he logrado sobrellevar situaciones de pánico.
Aprendí a no dejar pasar las oportunidades que aparecen cuando caminas, porque de cada una de ésas oportunidades que se presentan siempre puedes adquirir algo positivo.
Por qué resignarse al cambio, por qué poner barreras; el mejor valor de un emprendedor es arriesgarse, porque si no arriesgas nunca ganas.
Paula Valverde Díaz

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerod contigo Paula! creo que el emprender lo traemos innato , el tema es que hay que identificarlo y sacarlo a relucir, dado que a traves del emprender, se puede utilizar nuestro maximo potencial de conseguir resultados positivos en nuestras vidas

    les dejo mi pagina donde quienes sean emprendedores de hecho tienen una posibilidad de llevar a cabo sus sueños!!!



    saludos

    ResponderEliminar