Este gran agujero negro llamado CRISIS MUNDIAL, comenzó
realmente a finales del 2007 cuando se recogieron los datos del 3er trimestre
de la economía norteamericana, nuestro referente en Europa que mostraban un
índice de morosidad casi tan preocupante como en el Crack del 29.
En Europa, el tema empezó a preocupar en 2008 y en
España, se declaró oficialmente a finales de ese mismo año. El primer síntoma
real fue la “cerrazón” bancaria a líneas de financiación a las empresas,
provocando el cierre de muchas entidades en un tiempo récord.
Así las cosas, las compañías, hoy en día, luchan por
mantener su negocio adaptándose a marchas forzadas a los nuevos tiempos:
pérdida de clientes habituales, ausencia de clientes potenciales, falta de
subvenciones… y un largo etcétera.
Es ahora cuando más hay que incidir en dar un servicio de
calidad a un precio ajustado, “mimando” a aquellos clientes que siguen
confiando en nosotros y tratando de recuperar a clientes “ausentes”.
Cada vez que un cliente habitual nos pide un presupuesto
y no lo acepta, hay que llamarle y preguntar cual es la razón: ¿El servicio no
cumple tus expectativas?, ¿Es un problema de precio?, ¿La competencia te da más
por menos?, ¿Necesitas plazos para hacer frente a los pagos?
Ampliar nuestra base de datos con nuevos ítems, como la
frecuencia histórica de ventas por cliente, volúmenes, tipo de producto o
servicio… Realizar análisis exhaustivos con estos datos y después diseñar una
estrategia de venta con la única intención de conseguir que nuestros clientes
sigan trabajando con nosotros.
Es imprescindible llamar o visitar cada cierto tiempo a
todos y cada uno de nuestros clientes, con ello conseguimos dar una atención
personalizada y transmitirles lo importantes que son para nosotros.
LOS CLIENTES NO SON SÓLO MÁQUINAS COMPRADORAS,
FORMAN PARTE DE
NUESTRA ESTRUCTURA EMPRESARIAL.
Sonia Alfonsín
Gerente de Proyetsa
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